domingo, 21 de febrero de 2010

Paraísos de Lu

Siempre llevas en los ojos la ilusión del paraíso.

Sales de casa en su busca por las mañanas, esperando encontrarlo en cualquier esquina, en el rincón más inesperado.

Caminas despacito, mirando por todas partes, hasta que por fín lo encuentras.

Entonces se llenan tus ojos de las bellas imágenes del paraíso, siempre nuevas, siempre diferentes, siempre cambiantes y siempre sorprendentes.

¡Has captado de nuevo la belleza del paraíso!



Eres un cazador de paraísos.


Desde la ventana te veo regresar.


Vuelves a casa tras los paseos con una sonrisa y varias fotos del paraíso colgando en bandolera.


El otro día me llevaste a descubrir un paraíso, el paraíso de la armeria marítima.





Nos salimos del camino y buscamos la puerta del paraíso entre las rocas.


No había ángel de espada flamígera, sino gaviotas, hormigas y demás habitantes felices.



Después me enseñaste el paraíso de las malvas, la achicoria, botón de oro, los zapatitos de la virgen o el de las lágrimas.




Hay paraísos de flores con picos de cigüeña, las amapolas del cementerio moro, los del camino, los paraísos de la casa verde...






Como Adán y Eva caminamos por los paraísos. En plural, porque son muchos.





Gracias por abrirme las puertas del paraíso. Soy la afortunada novia del guardián de todos los paraísos que nos rodean.


¡Qué suerte!


Muchas gracias.


Da gusto mirarte a esos ojos tan llenos de paraísos.


Lusa


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