miércoles, 23 de diciembre de 2009

NUEVO MEDITERRÁNEO

Este mes pasado de Noviembre y estos días de Navidad hemos tenido unas mareas vivas con el mar bravo.


Cada ola ha avanzado rugiente hacia la costa rompiendo la fuerza en las rocas que pretendian frenar su paso, deshaciéndose en blanca espuma y en una fina lluvia de gotas de brillantes colores al atravesarlas el sol.


Las olas superaban los cuatro metros y el batir del agua era un continuo estruendo en las escolleras.



Han tenido que subir los embarcaderos.









Galicia ya ha empezado a notar los efectos del cambio climático.


Los veranos son más cálidos, secos y los inviernos son dulces, húmedos y nieva menos. Es mayor la frecuencia de anticiclones en el mapa del tiempo, menos días de helada y un notable protagonismo del término “sequía” en la que hasta ahora había sido considerada la comunidad de la lluvia por excelencia.


La temperatura del mar ha subido 1,2º, el nivel del mar ha ascendido 15 centímetros en la segunda mitad del siglo XX, lo que provoca migraciones de peces típicos del litoral atlántico según ‘Evidencias e Impactos del Cambio Climático en Galicia’, bajo la supervisión de Emilio Fernández, profesor de Ecología de la Facultad de Ciencias del Mar de la Universidad de Vigo.


Estamos descubriendo el clima mediterráneo como ir a la playa en marzo o las lluvias torrenciales en otoño provocando riadas. El paisaje gallego, las cosechas, los ciclos reproductivos de las especies o los periodos de floración son visibles.


Dice la periodista Selina Otero en El Faro de Vigo que el comportamiento de los animales y las plantas, el adelanto o el retraso en cultivos típicos gallegos (patatas, maíz) indican que “algo está cambiando”.


Se percibe un cambio en la distribución de las precipitaciones: aumentan en octubre, noviembre y diciembre.


Las lluvias de otoño son duraderas, se producen especialmente por la noche y va haciendose lentamente sitio al invierno que se manifiesta con una diferencia muy marcada entre las temperaturas del día y de la noche.





“El número de días de nevada al año ha disminuido desde los años sesenta. La misma tendencia se percibe en las jornadas con helada: en la zona de Santiago hay 52 días ‘helados’ menos anuales, en Orense 38 y en Lugo 11.”



La “primavera” llega bruscamente cuando la mayoría de las flores se abren con el tiempo aún frío, pero empuja el esfuerzo de la vegetación, disminuyen las precipitaciones en febrero y marzo, lo que implica mayor riesgo de sequía en estos meses.


Poco después la estación se vuelve pinturera y dulce, con largos días y temperturas tibias camino del verano.


“La zona costera muestra una mediterraneidad más pronunciada, con riesgo de producirse una contracción de la presencia del roble, la expansión de árboles como el melojo y la extensión hacia el interior de especies tipo laurel”, según el estudio medioambiental llevado a cabo por investigadores gallegos.


Además, el alcornoque y la encina podrían conquistar nuevos parajes. El calentamiento de la atmósfera es favorable para la viticultura en la comunidad gallega.











Las plantas han empezado a ser nuestras acompañantes en nuestro hogar, en los despachos, escaparates de tiendas, vestíbulos y salones de hoteles, creando, eso sí, ambiente mediterráneo que ha caracterizado la flora espontánea de la zona meridional como escribe Vicomte de Noailles y Roy Lancaster










“Plantas mediterráneas”:

1 – La preponderancia de los árboles y arbustos persistentes en provecho de los caducos.

2 – La abundancia y variedad de plantas anuales.

3 – La gran diversidad de plantas bulbosas


Todas estas plantas se adaptan perfectamente a los excesos del clima mediterráneo y pueden ser utilizadas en la onarmentación de los jardines en Galicia como: los acantos, aeonios, agapantos, agaves, aloes, amarilis, beschorneria, buganvillas, budleyas, cactus, cala, calistemos, camelias, canáceas, capuchinas, choisyas, cosmos, crisantemos, dafnes, dormilones o agrios, escabiosas, escarchadas, espliegos, flores de páscua, gazanias, glicinias, jaras, hierba del cuchillo, hierba de los plumeros, hipéricos, iris, lantanas, lavándulas, margaritas de El Cabo, palmitos, pasionarias, peonias, pitosporos, rudas, romeros, ricinos, santolinas, etc



viernes, 30 de octubre de 2009

GUANAMINO


Güanamino: primer trabajo que tiene un-a joven-a.
Viene de "bwana a mi no ... me dispares", referido a su jefe, el Bwana.
Sueldo mensual: suele ser de 1/2 mileurista.





También vale para cuando un chico se siente un poco "depre" buscando vagabundo un mundo chiquito, como una persona lombriz.

sábado, 17 de octubre de 2009

Lu y Lusa. OLIMPO

La muchacha con mandolina (de Picasso)


(bajorelieve en haya, de Lu)



(Dibujo de Lusa, basado en "Guilty Pleasures" de Luis Royo)


Hace años sentíamos que nos conocíamos desde toda la eternidad...
así es, porque somos uno en todas las eternidades...


La hormiga coja
Érase una vez el Paraíso frente al mar, a la sombra de un nervudo tamarisco donde vivía nuestro protagonista, una hormiga obrero llamado Njembé y debía su nombre al tam-tám que gustaba tocar al atardecer.

Njembé era trabajador y muy inspirado. En otro tiempo construía casas para hormigas, excavando la tierra con tan preciosos diseños que de él se decía que era el mago del espacio.
Hubo quien aseguró que por la noche, los mismos dioses lo raptaban de su lecho y lo llevaban al Olimpo para que les diseñase hermosos palacios y bellos entornos de meditación y recreo.
En cierta ocasión Marte, el dios de la guerra, le mandó construir un pabellón para su amada Venus. Un lugar para sorprenderla, enamorarla y hacerla descansar de sus tareas de diosa.
Njembé tomó el encargo con sumo cuidado. Durante meses observó a Venus mientras dormía, comía o danzaba. Al cabo de un año la conocía mejor que nadie en el Olimpo. Entonces, y solo entonces, comenzó a construir.
Hizo un pabellón armonioso como ella, radiante como su juventud, colorista como sus vestidos y aéreo como su danza. El pabellón era transparente, construido con finas varillas que asemejaban los tallos de hermosas plantas. Entre las finas curvas de tan delicados soportes, los maestros vidrieros moldearon flores de verónica y botón de oro, escabiosa marítima y genciana, flor de cuchillo, azafrán y salicaria... Tallaron hojas filipéndula, acanto, pulsatilla y escleranto.
Colgaban pequeñas ramas de lluvia de oro y espigas de paspayás se escapaban aquí y allá.
Njembé, el rey del espacio, había hecho el milagro. Cuando el sol de la mañana incidía en tal filigrana, el aire se llenaba de arcoiris. Las espigas de cristal brillaban como diamantes, las hojas como esmeraldas, las flores como piedras preciosas.
Venus bailaba bañada en las luces de todo el espectro, entre millones de estrellas de cien mil colores.
Tan bello era el pabellón, tan bella estaba la diosa entre constelaciones de luz, que Apolo se enamoró de ella y la diosa de Njembé.
Cuando Marte se enteró, se enfureció.
Bajó raudo del Olimpo y mientras Njembé dormía lo hirió de un golpe certero de su espada en la cabeza. Njembé luchó por sobrevivir a la herida, pero quedó paralítico de su mitad derecha.
Cuando Venus se enteró, su corazón se deshizo en llanto. Lloró lágrimas amargas día y noche mientras cuidaba de Njembé, el artista creador, en el pabellón de luz.
Njembé era constante y valeroso, inteligente y luchador. Con el pasar del tiempo volvió a diseñar espacios y caminar. Pero su mitad derecha, paralizada, le hicieron ser una hormiga coja.
Todo el Olimpo quedó conmovido por el amor de Venus y la valentía de Njembé.
Y Marte de nuevo se enfureció. Llegó bramando al pabellón precioso. Su voz rugía como los truenos de la guerra.
Venus, al verlo, escondió a Njembé entre sus pechos, al lado de su corazón.
Marte buscaba a la hormiga sin encontrarla, celoso y desesperado. Hasta que descubrió a Venus sujetando sus ropas contra sus senos.
Marte pidió a la diosa que se quitase el vestido.
Ella, con sumo cuidado, lo dejó caer deslizándose hacia los pies mientras Njembé, con su mano izquierda, se sujetaba a la tela para no caer. Marte no pudo ver a Njembé escondido entre las sedas.
Los dioses del Olimpo, enterados de que Njembé estaba de nuevo en peligro, acudieron a salvarlo.


Estaban hartos del Marte brutal, celoso e intransigente.
Palas Atenea lanzó una piedra que lo derribó.
Después lo lanzaron al Hades para toda la eternidad. Solamente podrá salir si cambia su carácter.
Ante ellos quedó la diosa desnuda, como se la ve en pinturas y estatuas, con la ropa resbalando al suelo.
Unas veces se la ve sorprendida y temerosa ante la furia de Marte, otras sonriente por saber que la hormiga coja se ha salvado, otras radiante de saber que nunca más volverá Marte a molestarlos.
Por eso, la próxima vez que veáis a la diosa Venus, observad. Entre los pliegues de sus vestidos que caen hacia sus pies, siempre aparece Njembé, una hormiga enamorada, con su mitad derecha paralizada.
Miradla con respeto y admiración, por su talento, su valentía y tenacidad.
Es la historia de Njembé, una simple hormiga coja que enamoró a una diosa, hizo pelearse a los dioses del Olimpo y desterró a Marte para siempre de este mundo.

Ahora puedes ver felices a Venus y Njembé observando flores y hierbas silvestres para inspirar las nuevas creaciones de la hormiga coja.

Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.

Lusa Skywalker


miércoles, 1 de julio de 2009

Faro de La Coruña: Torre de Hércules

Torre con pespuntes en su vestido de noche, preparándose.



Vista su sombra






sombra en la Rosa de los Vientos



ascendiendo monjes tibetanos, como si fuese una estupa



Vista del faro de La Coruña a través del Aquarium Finisterrae


28 - JUNIO - 2009

Hola Natilde:

Te escribo para decirte que la Torre de Hércules ayer ha sido declarada "Patrimonio de la Humanidad" por el Comité de la UNESCO.



  • Es el faro romano más antiguo del mundo en activo.



  • Data del siglo I d.C. y los primeros escritos que hablan de ella son del año 415.


  • Supone el reconocimiento de la Unesco como sitio cultural de "valor universal excepcional".








  • Asi que ya pertenezco a tres "club" de alto nivel, ser estudiante en la Universidad de Salamanca,
    haber vivido en Santiago de Compostela y ser del barrio del faro de Hércules.

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    29 – junio - 2009
    “La antígua prisión debe ser un museo de los faros del mundo”, aseguró César Antonio Molina, ex ministro de Cultura, y que la Torre de Hércules “merece ser la primera entre sus pares”.
    vista el mirador desde el faro
    La construcción de la torre se remonta a la época celta.
    Los celtas se asentaron en nuestra tierra sobre el S. VII a.c.
    Los ártabros eran los pobladores de la zona que comprende la ría de La Coruña hasta la llegada del propio Julio César en el año 62 a.C.
    Breogán, hijo de Brath, era el líder de las tribus ártabras que vivían en la costa, en Brigantium.
    Habían construido una torre donde se encendía una enorme hoguera que guíaba a los barcos.
    Pero según cuenta otra leyenda fue el rey Hispán, sobrino de Hércules, quien mandó construir en lo alto de ella un gran espejo. Gracias a el los vigías podían ver desde muy lejos la pesencia de naves de posibles enemigos, y avisar así a la ciudad.
    Conocederos del espejo, un pueblo conquistador originario de Caldea ideó una estratagema para asaltar La Coruña: disfrazó con árboles sus barcos para que parecieran islas flotantes y una vez cerca de la Torre destruyeron el espejo con sus flechas. Luego entraron en la ciudad...
    El orígen de esta leyenda probablemente sea el hecho de que en latín las atalayas, miradores sobre la costa, se llamaban “especulas”.

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